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viernes, julio 10, 2009

Te lo Juro por Dior (o el festival de la “material girl”)


Son tontas. Hablan de corrido, tienen buenos estudios, pero son tontas.A pesar de eso, y de lo recurrente de su tema de conversación, debo reconocer que les tengo cariño. Tanto cariño como para dedicarles unas líneas en mi nota de hoy.Son ellas: la Paris Hilton, la Nicole Richie y la Lindsay Lohan que me estresan y me dan tema para la burla cada día.

Algunos podrán decir que trabajar en un Centro de Distribución es tan poco glamoroso como filetear pescados en el Mercado Central, pero se equivocan. Lo que podría ser un simple pasillo de entrada a nuestro querido templo del trabajo, se transforma cuando ellas, las emperatrices del accesorio, las herederas de Beatriz Vicencio y su “Moda al Día”, posan sus exclusivos zapatos Dunes Marua sobre la lúgubre cerámica del hall de acceso.

Con su pelo perfectamente desordenado, su falso estilo “mepuseloprimeroquepillé” y esa sonrisa digna de cualquier modelo de la Academia de los Gemelos Lohse, aquel cuadro se transforma en algo parecido al desfile anual de Givenchy o, los días en que el presupuesto no da para tanta pompa, en el criollo Canchantún Fashion.

“Noooooo. ¡Es que te morís! Amé tu polera… ¿Es Mango?”, pregunta la Hilton

“¡No, gaia, es que te morís de nuevo! Me la compré en Alonso de Córdova. Estaban en liquidación de un 80% y me salió apenas 93 lucas”, le responde la Lohan.

“Es que te juro por Dior … perdón, por Dios, que no te lo puedo creer. Es que amiga, está maravillosa. Lástima que los bototos de seguridad no permitan que se luzca mucho”, dice la Richie, con ese tono sarcástico que la caracteriza.

Y así cada vez. Almorzar con ellas es una experiencia que roza lo sublime, llegando al nirvana de la superficialidad y ese exquisito descaro para hablar de María Vázquez, Benetton y Penguin, en medio de una masa (entre la que se incluye un C3 como yo) que compra a cuotas en Dijon y sigue los consejos de Zabaleta para vestirse dignamente en La Polar.

Pero hay que ser justo. No todo es alta costura para ellas. Traspasando los límites del prêt-à-porter, en ocasiones tienen la osadía de comprarse la “Hawaiana tchori” o la “tchalita playera” marca BLVD o Tunnel. Pero hasta ahí llegamos y paren de contar. Porque hasta para jugar a la chica urbana y comprarse ropa en supermercados son selectivas: Líder de Vitacura, Jumbo Alto Las Condes o, en último caso, Jumbo Bilbao son las únicas posibilidades. ¿Ropa en el Tottus de Nataniel con 10 de Julio? ¡Ja! Ni en broma, weona!.

Compartir una reunión de trabajo con ellas es tema aparte. Luego de los 15 primeros minutos de evaluación y adulación de sus respectivas tenidas, comienza la segunda parte del rito: el descuartice.

Que una usa calzones de abuela y eso es matapasiones. Que a la otra se le marca el colaless y eso es de puta. Que una usa los mocasines de vieja que usa la mamá de la Richie. Que la otra quiere usar zapatos finos, pero camina como pisando huevos… y así la cosa no para. No hay cómo dejarlas contentas.
Juntas, pudieron haber la versión local de los Ángeles de Charlie, pero eso de las patadas, los combos y los guaracazos no era dignos de ladies como ellas. Pudieron haber eclipsado al mundo como Twinky Winky, Lala y Po, pero la cartera del Teletubbie morado no estaba a la altura de sus Louis Vuitton. En último caso, pudieron ser la versión estilizada de las Supernovas, pero tanto collar de mostacilla plástica y camiseta de panty debe haberlas horrorizado. Ellas son de telitas vaporosas, cabellos relucientes que un Ballerina con olor a chicle jamás podrá colonizar y el brillo justo y necesario en sus poleras, para no parecerse a la tía Sonia.

“Estoy buscando departamento, chicas. Vi uno con 6 dormitorios, 4 baños, una cocina descomunal y un living regio, regio. Al Rodri le encantó, pero yo le dije al tiro que no. ¡El walking clóset era una burla!”, cuenta la Hilton.

“¿Cocina? ¿Para qué le sirve a una la cocina?”, responde la Richie.

“Yo la mía la ocupo ene. Todo lo que no entra en mi walking, lo meto en el cajón que está debajo de los tenedores”, dice la Lohan a modo de consejo.

Prefieren burlarse de la gordita del reality en vez comentar los efectos de la crisis económica. No ven noticias porque les topa con el profundo “Project Runway”… y de usar bototos para entrar al Centro de Distribución ni hablar... el día que los diseñe Nine West, los usarán feliz de la vida, gaia.

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