Día tras día surgen curiosidades a las que hay que hincarles el diente. Desmenuzar, develar, cuestionar e ironizar con la actualidad es la idea de este Blog. Bienvenidos todos los que con espíritu crítico, ganas de reírse o simples deseos de meter la cuchara, hacen su aporte para tomarnos el mundo con un poco más de buen humor

martes, junio 27, 2006

El país de los mamones



“Nunca lo vi en una pelea ni nadie lo amenazó. Era racista pero no al punto de querer agredir”, dijo la madre del neonazi recientemente acuchillado. Otro pan de Dios que muere. Otro mártir que deja nuestro mundo por defender nobles causas. Otra madre más que justifica a su hijo.

El 3 de marzo de este año, un niño de doce años murió tras ser atropellado por una micro de la línea 378 en Cerro Navia. “Pobre niño”, habrán pensado algunos, luego de ver a la madre llorando en televisión la muerte de su hijo.
“Si él era un buen hijo.... me había pedido permiso para salir a la calle a jugar y hacer graffitis con sus amigos. Yo le dije que se abrigara y que se cuidara”.

Jugando a hacer graffitis en las micros junto a tres amigos. En eso estaba el pequeño angelito cuando el micrero, por tratar de esquivar el ataque contra su máquina, realizó una maniobra que terminó con su vida.... un simple angelito, hijo de una buena madre que veía con ojos de aprobación la actividad recreativa de su retoño.

Ciertamente no existe un muerto malo. Menos aún si la que lo dice es su madre.
Somos una raza nacida y criada bajo la pollera de nuestras progenitoras, no hay vuelta que darle. La palabra “independencia” parece no formar parte de nuestra idiosincrasia. En Europa y Estados Unidos, es normal que los hijos abandonen la casa paterna una vez alcanzada la mayoría de edad. En Latinoamérica –y en Chile en particular- somos mucho más tardíos para echarnos a volar.

Mírenme a mi. Tengo casi 25 años y sigo viviendo en casa junto a mis papás. Mírense ustedes. Muchos siguen pegados en sus casas paternas o la abandonaron a avanzada edad.

Somos un país de Kikos, Sí, el mismo Kiko que acusaba a medio mundo con Doña Florinda. Somos el país donde mayor cantidad de madres famosas hay. Sí, madres famosas por el simple hecho de “ser madres”.

¿Quién se hizo famosa por las cazuelas que convirtieron a su hijo en pichichi? Pues la Señora Alicia, mamá de Iván Zamorano. La misma que le elegía las pololas, la que le hizo la cama hasta que cumplió 35 años y la que le decía que ropa debía usar.

¿Quién se transformó en la diosa de la moda kitsch y en la líder de la barra de Chile en la Copa Davis? La gran y querida Tía Sonia, mamá del golden boy Nicolás Massú. La misma que después hacía comerciales para Líder y que posa para cuanta revista de papel cuché le ofrecen.
Y así podríamos seguir mencionando a la mamá de Tonka Tomicic, que saltó a la
vida pública con la intención de contarnos en un comercial de Tv que su hija era tan bella porque comía mucho huevo. O a la mamá de la.... ¿modelo? ¿polola de futbolista?... mmmm... ¿cómo podríamos definir a María José López?. Digamos que su profesión es ser “invitada”. Sí, Invitada a programas de Tv. Profesión: invitada. La cosa es que su madre fue portada hace un par de semanas porque revelaba la información que a todo Chile le quitaba el sueño: su hija se puso silicona a los 15 años. ¿A quién le importa? A nadie, pero si lo dice una madre pasa a ser importante.

A lo mejor nadie se ha percatado, pero junto con la partida de nacimiento, los hospitales les entregan a las nuevas mamás un título automático de relacionadoras públicas para que lo utilicen con sus hijos.

Si nos conociéramos un poco más, de seguro la palabra “mamón” dejaría de ser un insulto y la tomaríamos como el mejor apelativo para nuestra sociedad: la sociedad de los mamones.